El Instituto de Neurociencias Federico Olóriz Fue creado el 30-12-1955, promovido por los Profesores Miguel Guirao Gea, Catedrático de Anatomía de Granada y Miguel Guirao Pérez, Catedrático de Anatomía de Valladolid. La gestión inicial corrió a cargo del primero, avalada por su propio prestigio personal y por ser biógrafo de Federico Olóriz Aguilera.
El 2-2-1956 fue nombrado primer director el Prof. Guirao Gea.
Inicialmente, los fines del Instituto inicialmente estuvieron relacionados con la docencia en anatomía y la figura del Prof. Olóriz Aguilera y la continuación de su obra. En aquella época, las líneas fundamentales fueron:
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Revalorización de la Técnica Anatómica.
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Asistencia a la docencia anatómica.
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Investigación antropológica en memoria del Prof. Olóriz.
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Enseñanzas anatómicas para postgraduados en los campos de la embriología experimental, adiestramiento quirúrgico, etc.
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Investigación antropológica en memoria del Prof. Olóriz.
Poco a poco, el Instituto fue centrándose en la investigación, coordinándose con Centros de implantación nacional y consiguiendo financiación para sus proyectos:
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Centro coordinado con el C.S.I.C. entre 1955-1985.
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Ministerio de Educación a través de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica, entre 1966-68.
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Ministerio de Trabajo; Servicio de Rehabilitación de Minusválidos (SEREM). Programa de prevención de minusvalías 1 proyecto de Instauración orgánica de la subnormalidad. 1977-1979.
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Dirección General de Salud. Plan Nacional de Prevención de subnormalidad al proyecto "Investigación básica sobre subnormalidad". 1979-1982.
La historia del Instituto se puede dividir en dos partes: la primera, dedicada fundamentalmente a los estudios anatómicos, y la segunda a la neurociencia.
Primera etapa: Estudios Anatómicos y Antropológicos
A partir de su creación en 1955, su director se dedicó a la búsqueda de infraestructura, tanto de personal auxiliar como material. Esta ayuda se materializó por parte del Ministerio de Educación y del C.S.I.C. en una cantidad anual de unas 500.000 pesetas, que para la época de la que hablamos era decorosa y permitía una moderada actividad.
El ministerio le dotó con tres plazas de investigadores de plantilla: embriólogo, bioquímico e histólogo, que se cubrieron con las oportunas oposiciones (N. Murillo, A. Torralba y E. Montero). También se creó una plaza de Profesor Adjunto, que luego absorbió la Facultad, además de varias plazas de auxiliares administrativos.
Para que los trabajos de investigación tuvieran un soporte para su difusión dada la escasez de revista del género en aquella época, se creó la revista "Anales del Desarrollo". Durante mucho tiempo, fue la única en España en su parcela investigadora cosechando un gran éxito y permitiendo un notable intercambio científico.
A principios de la década de los 60, fue nombrado director el Prof. Guirao Pérez, por jubilación de su antecesor. Durante esta década se consolidó el Instituto. Se realizaron un número destacado de aportaciones a revistas especializadas en el desarrollo, aunque la mayoría se publicaron en la citada revista "Anales del Desarrollo" que ya se intercambiaba con más de 60 revistas nacionales e internacionales que pasarían a engrosar la propia hemeroteca. También su biblioteca, bien dotada, ofrecía un buen soporte a su investigación. Durante este periodo el Ministerio puso grandes dificultades para su aportación, aunque el C.S.I.C. cumplió rigurosamente su compromiso.
Ya en la década de los 70, durante los primeros años, su director, el prof. Guirao Pérez estuvo destinado como Decano Comisario de la Universidad de La Laguna, para la puesta en marcha de su Facultad de Medicina y del Hospital Universitario, por lo que se relajó un poco su actividad. A su vuelta, en 1974, empezó a rentabilizarse el abundante trabajo realizado, en forma de tesis doctorales, aportaciones a congresos, acreditación de su revista, etc.
Fue a partir de este momento, recuperado el ritmo del Instituto, cuando se hizo una importante labor de difusión de las investigaciones realizadas, que se centraban en temas de actualidad en el desarrollo, humano y experimental, obteniéndose un gran éxito. Así, su director fue reclamado para los puestos que siguen, en correspondencia a la consideración que mereció la labor del Instituto:
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Director del Centro nº 784, del Registro Nacional de Entidades de Rehabilitación y Recuperación de Minusválidos. Dirección General de Servicios Sociales. Madrid, 1976.
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Director del Centro de Investigaciones de Alteraciones Congénitas del Metabolismo. Centro Regional para Andalucía, 1977.
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Consejero Nacional del Plan Nacional de prevención y atención a deficientes. Real patronato de Educación Especial presidido por S.M. La Reina. 1980.
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Presidente de la IX Reunión de la Asociación Española para el Retraso Mental. 1981.
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Coordinador del equipo multiprofesional del Instituto Nacional de Educación Especial. Granada, 1982.
Todos estos nombramientos significaron crédito y apoyos para el Instituto (en algunos casos, dotaciones millonarias) que vivió en estos años una etapa floreciente. Esto permitió una amplia dotación instrumental y remuneraciones complementarias para los miembros del instituto y de las cátedras de Anatomía, con las que el Instituto estaba muy imbricado. Dotaciones que sobrepasaron los diez millones de pesetas anuales que hicieron posible la realización de proyectos importantes e incluso, apoyos económicos personales para sus miembros, que centraron su trabajo en dos campos fundamentales.
De una parte, el Instituto centró definitivamente su investigación en un análisis multidisciplinario de los periodos fetal y perinatal humano, y el estudio de la subnormalidad de causa perinatal. Las aportaciones que se hicieron en este campo fueron notables, con más de 2.000 necropsias de nacidos humanos que supusieron un material inigualable. Álbumes de diapositivas, películas de 8 mm., publicaciones premiadas, y hasta cincuenta tesis, fueron un permanente fruto muy cotizado en el correspondiente sector de investigación nacional e internacional, con salidas del director al extranjero para exponer la metodología de la necropsia perinatal reglada con fines investigadores y sus conclusiones. Tablas con pesos, diámetros, disposiciones, acoplamientos y relaciones viscerales, etc. fueron muy solicitadas.
De otra parte, se imponía una investigación experimental paralela al desarrollo perinatal humano y su patología congénita, y el Instituto fue pionero en la técnica de la hipoxia perinatal en el "Gallus domesticus" de modo que los huevos en incubación eran sometidos a hipoxia parcial controlada colocándolos dentro de globos de goma fina, de modo que los pollitos nacían con alteraciones congénitas a solicitud. Se procuraba, sobre todo, la investigación de las alteraciones hipóxicas encefálicas y, para su control práctico, se sometían los recién nacidos a pruebas en laberintos donde eran evidentes distintos comportamientos que tenían un paralelo con las lesiones humanas, comportamientos que fueron grabados en películas y llevados por reuniones y congresos de la época con notable éxito. La comprobación histológica de la estructura cortical cerebro-cerebelosa o de núcleos basales aportaba muchos datos de notable interés.
El reconocimiento a la labor del Instituto en este campo hizo que se convocara por primera vez en Granada el "Congreso Nacional de Psicología", en un ambiente tradicionalmente no psicológico y ganado por el trabajo de unos investigadores morfólogos, por cierto que con gran éxito.
Los éxitos de finales de los 70 se continuaron a comienzos de los 80, aunque pronto se inició un declive importante que estuvo a punto de producir la desaparición del Instituto. Ésta no se produjo porque la Universidad de Granada, en 1987, inició un Programa de Consolidación de los Institutos Universitarios al que se acogió el Instituto Olóriz, uno de los tres con que contaba aquella en esos momentos.
Para ese programa se entregó una memoria en la que se detallaban datos del Instituto: 300 m2 de superficie, con una dotación instrumental valorada en 20 millones de pesetas de la época (sin valorar lo que el instituto aportó al propio departamento), suponían un auténtico hito, pero la consignación bajó considerablemente hasta ser residual, lo que no bastaba para cubrir sus gastos elementales y la edición de su revista, que superaba los cuarenta volúmenes ininterrumpidos. Para este programa de consolidación, la universidad solicitó de los profesores investigadores universitarios su adscripción al instituto que pudiera atender sus aspiraciones, en principio, con ánimo de valorar el compromiso que tendría que cumplir con cada uno de los tres existentes. Hubo una solicitud de más de 30 profesores de diferentes departamentos universitarios que solicitaron su adscripción al Instituto Olóriz, y sus nombres y procedencia figuran en la correspondiente memoria.
A mediados de los 80 la actividad del Instituto se hace testimonial. Las causas fundamentales que propiciaron éste, fueron:
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Que el C.S.I.C. decidió apoyar sólo a sus centros y el Instituto Olóriz no consiguió su transformación a partir de centro coordinado, pese a existir una larga colaboración.
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Que desapareció la Caja Única, único camino para atender la fórmula de subvención del Ministerio de Educación.
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Que el director consideró que la memoria que se entregaba de la labor del personal retribuida en los proyectos del SEREM y de la Dirección General de Sanidad no cumplían un mínimo exigible y renunció al convenio, no aceptando la última asignación millonaria, la de 1982.
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La debilidad del Instituto hizo que el departamento anatómico pusiera en marcha una política de absorción del mismo, prefiriendo que desapareciera sobre la base de su apropiación de la dotación instrumental que podrían tener algunos miembros en base a su trabajo adicional en el mismo. Por otra parte, los locales también eran apetecidos, pudiéndose salvar sólo el que ahora tiene el Instituto de Neurociencias, cerrándose la comunicación con el departamento de Anatomía.
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En cuanto a su biblioteca, muy actualizada como hemeroteca, a la que hemos hecho referencia anteriormente, desapareció al verse absorbida por una biblioteca central y única que organizó el Decanato de la Facultad de Medicina pero que no asumió el trabajo y el gasto de mantener los intercambios y las contadas suscripciones que el Instituto tenía, dejando de ser operativa en poco tiempo.
Poco después del citado proyecto rectoral de consolidación de los Institutos Universitarios, que resultó poco operativo, el Instituto Olóriz estaba a punto de desaparecer, hasta el punto que se estuvo en conversaciones con la Universidad del País Vasco para su absorción y mantenimiento, de la mano del Prof. Juan Aréchaga, catedrático de dicha universidad y discípulo del Prof. Guirao Pérez. Si bien el Instituto permaneció en Granada, no pasó lo mismo con su revista "Anales del Desarrollo" que ante la falta de apoyo económico granadino, pasó a la UPV mediante un convenio firmado entre ambas instituciones. Su traslado se hizo a partir del volumen 40, bajo el nombre de "International Journal of Developmental Biology" y en él figura el nombre del Prof. Guirao Pérez como fundador. Hoy en día, esta revista figura en primer lugar en el ranking de impacto de las revistas españolas de la especialidad, con unas garantías y características editoriales ejemplares.
Segunda etapa: Investigación en neurociencias
En el año 1990, se jubila el Prof. Guirao Pérez, Director del Instituto.
Unos años antes, ante la aplicación de la Ley de Reforma Universitaria y la Reforma de los Programas de Doctorado, se instaura en nuestra universidad un Programa de Doctorado en Neurociencias en el que participan profesores de diferentes departamentos e, incluso, de varias facultades. Todos ellos tienen en común sus líneas de investigación en este sector, desde los campos más básicos a los aplicados y clínicos. Algunos de estos profesores pertenecían al Instituto Olóriz, por lo que se pensó en la posibilidad de ofrecer el Instituto a todos los participantes en dicho programa de doctorado. Las conversaciones mantenidas surtieron el efecto deseado y el Instituto, no sólo no desapareció sino que se enriqueció enormemente con la participación de los treinta profesores que se adscribieron en aquel momento.
El Instituto se adaptó a los nuevos estatutos de la universidad granadina, al amparo de la LRU, cambiando su línea principal de investigación por la de neurociencias, transformándose en lo que es hoy: el "Instituto Universitario de Neurociencias F. Olóriz."
Se decidió mantener la figura de Olóriz como recuerdo a su procedencia y como homenaje a una figura señera de la medicina, la investigación y la antropología granadina. De esta manera, el Instituto de Neurociencias es el más antiguo de la Universidad de Granada.
Al Prof. Guirao Pérez, le sucedió el Prof. Peinado Herreros (bioquímico) y Miguel Guirao Piñeyro (anatómico) de secretario. En 1996, el Prof. Guirao Piñeyro pasó a director y el Prof. Cañizares García (histólogo) a secretario. En 1998, el Prof. Guirao Pineyro fue reelegido como director, ocupando el cargo de secretario el Prof. Baeyens Cabrera (farmacólogo). En mayo del año 2004, el Prof. Baeyens fue elegido director y el Prof. Vives Montero secretario.
Siglo XXI
Aún es pronto para hacer historia desde el año 2000 en adelante. En el año 2000, el Prof. Guirao Piñeyro fue reelegido como director, ocupando el cargo de secretario el Prof. Baeyens Cabrera (farmacólogo). En mayo del año 2004, el Prof. Baeyens fue elegido director y el Prof. Vives Montero (fisiólogo), secretario. En mayo de 2008 el Prof. Vives es elegido director y la Profa. Gallo Torre (psicóloga), secretaria.
La tendencia actual es que el Instituto sea cada vez más multidisciplinar, incorporándose profesionales de otras Facultades (Psicología, Odontología y otras) y Hospitales. El Programa de Doctorado de Neurociencias se hace cada vez más completo, y gracias al esfuerzo de la Dra. Esperanza del Pozo se consigue la mención de calidad en el año 2004. Las colaboraciones, tanto en investigación como en el programa de doctorado, son cada vez más amplias.
En el año 2004 ingresan ocho miembros nuevos al Instituto de Neurociencias, y todos los años se incorporan nuevos miembros, siendo en la actualidad medio centenar de miembros. Se crea una nueva figura la de Miembro Asociado, para admitir a investigadores sin relación contractual con la Universidad de Granada.
En cuanto a Reuniones Científicas, en abril del año 2006 se organizan las “I Jornadas del Instituto de Neurociencias Federico Olóriz”, que se hacen coincidir con el “50 Aniversario del Instituto de Neurociencias”, al que asisten como ponentes los Directores de Institutos del resto de España, Profesores de otras universidades e investigadores de reconocido prestigio. Se registraron más de 300 asistentes en total. En junio del año 2007 se organizaron las “II Jornadas del Instituto de Neurociencias de Granada” junto a la Sociedad Española de Neurociencia.
En el año 2002 se consiguió una apreciable financiación para infraestructura del Instituto a través de Fondos FEDER. En el año 2003 comienza la construcción del nuevo edificio del Centro de Investigaciones Biomédicas (CIBM), con lo que surge la posibilidad de agrupar los laboratorios de investigación del Instituto en un mismo edificio, ya que hasta el 2007, los laboratorios de los miembros están repartidos por diversos Departamentos de la Universidad.
Actualmente gran parte de los miembros del Instituto se ha trasladado al Centro de Investigaciones Biomédicas (CIBM) dentro del Parque Tecnológico de la Salud de Granada. En este espacio físico común, situado en un enclave privilegiado que propicia la colaboración y sinergias entre grupos, el Instituto de Neurociencias desarrolla desde el año 2008 una actividad destacada y excelente en el campo de la investigación en Neurociencias.